MI HOMBRE
Yo pensé que sabía lo que era un hombre.

Había tenido amores infaustos y presas sin nombre, versado la pasión casual como quien habla de hortensias.
Mi capacidad de sonrojarme y sentir pudor eran nulas y mis necesidades eran simples mandatos fisiológicos de la naturaleza.
Hasta que se me cruzó en el camino ÉL y me marcó con fuego.
Sólo ÉL logra en mi una ansiedad furtiva de escucharlo cada mañana, anhelo esa voz cálida del hombre que deseo con cada poro de mi piel.
Imaginarlo en su cama envuelto con el aroma que dejé en sus sábanas hace que la humedad me inunde.
Y vivo en un estado permanente de imágenes ardientes transcurriendo en mi mente, nuestros recuerdos alborotados de todas las veces que devoré cada parte de su cuerpo.
Su desnudez complementa la mía, su pasión es agotadora y cada noche con ÉL es un desafío de amor y energía.
Imaginarlo en su cama envuelto con el aroma que dejé en sus sábanas hace que la humedad me inunde.
Y vivo en un estado permanente de imágenes ardientes transcurriendo en mi mente, nuestros recuerdos alborotados de todas las veces que devoré cada parte de su cuerpo.
Su desnudez complementa la mía, su pasión es agotadora y cada noche con ÉL es un desafío de amor y energía.
Conoce cada rincón de mis debilidades y toca cada cuerda a su capricho.
A veces me pregunto cuando me penetra desesperado si entiende cuánto lo amo, si puede sentir mi corazón estallando en éxtasis cuando me arrastra en carne viva al orgasmo.
Sé que lo sabe, como sabe cuánto dominio tiene sobre mis deseos. Asi como yo se lo que puedo generar en su respiración con sólo unas palabras.
Sé que lo sabe, como sabe cuánto dominio tiene sobre mis deseos. Asi como yo se lo que puedo generar en su respiración con sólo unas palabras.
Es mi amor, mi amigo, mi cómplice…
Es mi HOMBRE.
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